sábado, 25 de julio de 2020


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Un domingo de la primera parte del año 2000, mi hermana me invitó a ir con ella a un concierto gratuito al aire libre, en Coyoacán. Un grupo de alemanes con un espectáculo que no había visto yo antes, me aseguró. El show incluía rock pesado con una parte de pirotecnia y tonadas medievales mezcladas con ritmos actuales. Al escuchar las palabras "alemanes" y "pirotecnia", no pude evitar relacionarlo con un grupo al que yo apenas empezaba a conocer: Rammstein. Es evidente que yo venía muy atrás de otros chavos de mi edad y mayores que ya conocían este tipo de música. Yo había escuchado ya a Sisters of Mercy y Human Drama, pero nada como esto.


Elena acababa de conocer a In Extremo en vivo, en un concierto que la banda ofreció en el Hard Rock Live, y había quedado encantada. Entre la flojera de salir en domingo por la noche, y el hecho de que yo no había visto tocar al grupo, le costó algo de trabajo convencerme de ir con ella. Cuál sería mi sorpresa ahora, ocho años después, al darme cuenta de que la obsesionada acabaría siendo yo. Ese siempre ha sido el papel de mi hermana mayor. Ella es quien me presenta música excelente y yo siempre acabo por absorber sus gustos, desde que estábamos chicas.



Bueno, pues al final de ese gran concierto que In Extremo ofreció en Coyoacán, justo al lado de la Parroquia de San Juan Bautista –lo que le daría a la presentación un mayor "aire" medieval–, acabé fascinada. Y no sólo fue eso: Después de terminado, los miembros, a pesar de que el evento fue gratuito y posterior al pagado que ocurrió en el Hard Rock Live, continuaron su labor promotora saliendo a repartir autógrafos tras bambalinas, cuando ya estaban a punto de irse a descansar. Fue esa gran apertura mostrada por ellos lo que me hizo coquetear con la idea de formar un club de admiradores mexicano como vehículo para dar una mayor promoción al grupo en nuestro país y, sobre todo, como un vínculo común entre personas que compartíamos la misma afición por estos alemanes.



Unos días después entré a la página oficial del grupo, buscando más información. Ahí encontré el correo electrónico de Doro Peters, su representante en ese tiempo. Sin nada que perder, y sin mayores esperanzas, le escribí, comentándole mi interés por el grupo, así como lo apabullada que había quedado con los miembros –tanto musicalmente como en el físico–. Para mi sorpresa, no mucho después recibí su respuesta. Más sorprendente fue lo que me dijo en su mensaje, donde me agradecía su interés por adquirir más información sobre ellos y, además, que le había reenviado mi correo a uno de ellos: "Die" Lutter. Doro me aseguró que pronto tendría noticias de él también, algo que de entrada me pareció poco probable, pero tenía razón. Dos o tres días después, recibí el correo de un "Kay" Lutter. Confieso que primero pensé que se trataba de su hermana, esposa, o algo por el estilo, porque estaba acostumbrada a escuchar ese nombre para mujeres en Estados Unidos e Inglaterra. Suena tonto, pero así fue. Sólo hasta que leí el mensaje me di cuenta de que era él mismo, y ya después averigüé que el nombre en masculino es muy común en Alemania y zonas aledañas. Kay demostró, desde el principio, su interés por posicionar a In Extremo en nuestro país, el cual, me aseguró, le había gustado mucho. Su carácter afable me abrió las puertas para enterarme de todo lo relacionado con el grupo. De hecho, fue gracias a Kay que pude organizar más de una promoción para regalar material del grupo a sus admiradores mexicanos.



Kay es el publirrelacionista de la banda, pero ninguno de los otros miembros se queda atrás en su apertura para con los admiradores. Micha (Einhorn), por ejemplo, fue otro que mostró una gran disposición durante su última visita a México. En la firma de autógrafos, me reconoció en el momento y me dio una calurosa bienvenida, recordando a los demás miembros mi papel como fundadora del club.



Otra de las fuentes clave para la formación inicial del fanclub fue el foro de la página oficial. Ahí conocí a gente como Anel (diseñadora y reportera), Liliana (actual motor esencial de nuestro club de admiradores), Silvia, Dolores, Nayeli, Carlos, Gino y a otros tantos que me han ayudado a través de los años a no dejar hundir nuestro barco, ya sea promocionando, colaborando o, simplemente, comentando con frecuencia.



Ahora, cada vez se han ido sumado nuevos miembros. Aleyda, nueva diseñadora de las páginas en Internet, ha hecho un excelente trabajo, muestra, también, de una gran colaboración desinteresada con el objetivo de mantener la posición y prestigio que el grupo ha obtenido en nuestro país en todos estos años.



He aquí, pues, mi agradecimiento a todas estas personas que tanto han trabajado para mantener este proyecto a flote. Todos somos buenos para algo, y cada quien se ha ido ubicando en lo que mejor sabe hacer. Es muy importante mantener este objetivo en un esfuerzo común por parte de todos los aficionados a esta gran agrupación. A todos los admiradores (no sólo mexicanos, sino también latinoamericanos, de donde quiera) actuales y futuros que se han ido –y vayan– agregando a la página en MySpace, les decimos: sus comentarios importan, lo mismo que sus aportaciones, y, mientras más vayamos aumentando en número, mejor y más organizada será la recepción que In Extremo se encontrará en un futuro –esperemos– cercano.


--Olivia Bravo Arvizu
México, D.F., a 19 de mayo de 2008.
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